Dos economistas conversan sobre la elección de Donald Trump y sus consecuencias para el mundo y el Perú. Aquí el diálogo entre Adamo (A), que ve con resquemor a Trump, y Maynardo (M), que ve aspectos positivos en la victoria del magnate.
A: Contra todo pronóstico ha ganado Trump. ¡Qué desastre! ¿Qué de bueno se puede esperar cuando un demagogo y populista esté a cargo del país más poderoso?
M: Me sorprende tu pesimismo Adamo. Es cierto que Trump ha tenido propuestas demagógicas en la campaña, pero también tiene planteamientos sensatos que pueden más bien contribuir al crecimiento económico del planeta.
A: Ahora sí que no te entiendo Maynardo. Trump es la encarnación misma de la improvisación, de las medias verdades, y de la intolerancia frente a las minorías. Su récord personal está manchado por el racismo, la misoginia y la falta de respecto por la libertad individual.
M: De acuerdo con mucho de lo que dices pero yo me refería a los planteamientos económicos de Trump.
A: ¡Pero si son pésimos e inconexos! Trump ha propuesto construir un muro entre México y Estados Unidos y revisar tratados comerciales. Es muy probable que la economía mundial se desacelere cuando se impongan barreras al comercio. Como bien sabemos, el comercio es la forma en que el crecimiento económico se transmite internacionalmente. ¿Cuánto crees que podría crecer el Perú si el resto del mundo deja de comprar nuestros productos?
M: Mi querido Adamo el comercio mundial no ha sido la panacea que muchos economistas de libro de texto han pregonado. Esa es precisamente una de las razones centrales por las que Trump ha vencido.
A: Un momento ¿justificas entonces la victoria de Trump? ¿Crees también que el comercio no beneficia a los países?
M: No justifico sino intento explicar el éxito de Trump. El comercio mundial tiene beneficios indudables pues hace que los consumidores tengan acceso a productos más baratos. Pero, como muchos votantes estadounidenses lo han entendido, el comercio también deja perdedores porque hay empresas y empleos domésticos que se pierden cuando los consumidores del país prefieren bienes importados.
A: Precisamente hay ganancias gracias al comercio porque los países pueden especializarse en lo que son más eficientes. Algunos se concentrarán en la producción de materias primas, otros en la de manufacturas, otros en la de servicios. La especialización lleva a mayor eficiencia y a menores precios.
M: ¿Y qué pasa con los sectores que se ven perjudicados con las importaciones? Fíjate que Trump ha ganado en muchos estados con fuerte base industrial, como Pennsylvania y Michigan, que han perdido muchos puestos de trabajo debido a las importaciones de China y México.
A: Es que en países como China y México el costo de la mano de obra es menor. Por ello es eficiente que muchos bienes industriales, en que la mano de obra es importante en el costo de producción, no sean hechos en los Estados Unidos. Los trabajadores norteamericanos que pierdan sus empleos se reubicarán en otros sectores.
M: No es tan sencillo. La reinserción laboral de estos trabajadores puede demorar años o nunca materializarse pues algunos ya no pueden competir con trabajadores más jóvenes. Además, en China y países similares no se respetan los derechos laborales como en Estados Unidos y se manipula el tipo de cambio, lo cual les permite ganar competitividad sobre la base de malas prácticas.
A: No veo cómo puedes defender que se construyan muros o que haya menor intercambio comercial o que haya deportaciones masivas de trabajadores que han vivido años o décadas en Estados Unidos.
M: Es improbable que el muro llegue a construirse. Yo lo veo más como una promesa de campaña. Por otro lado, incluso Trump no podría revisar tratados comerciales como el NAFTA, con México y Canadá, o el TLC, con el Perú, sin contar con una amplia mayoría en el Senado. Y, hoy por hoy, el grueso de los senadores, demócratas y republicanos, están en contra de revisar cualquier tratado comercial.
A: ¿No has leído acaso que Trump ya confirmó que dará marcha atrás con el TPP? El comercio mundial se derrumbará.
M: Vamos por partes Adamo. El TPP todavía no estaba en vigor pues aún no había sido aprobado por el Congreso estadounidense. Además, para el Perú, el TPP solo le hubiera abierto las puertas de Brunei pues nuestro país ya tiene tratados comerciales con todos los otros países que hubieran sido parte del TPP.
A: Lo otro que me preocupa enormemente es las irresponsables propuestas de política fiscal de Trump: está planteando bajar los impuestos y aumentar el gasto público. Al igual que lo sucedido con los supply-siders de la época de Reagan, esta receta llevará a que la deuda de Estados Unidos explote y se ponga en jaque la estabilidad fiscal del país del norte.
M: No estoy de acuerdo. La estrategia fiscal de Trump es correcta. El aumento en el gasto en infraestructura y en defensa será un bienvenido estímulo a la alicaída demanda mundial. Además, ello redundará en mayores precios de los metales lo cual nos beneficiará directamente. Me sorprende que un liberal como tú esté en contra de reducciones impositivas.
A: Lo que pasa es que no se puede bajar los impuestos a tontas y a locas. Hay que mantener el equilibrio fiscal. ¿Cuánto crees que es la productividad del gasto militar?
M: Históricamente, el gasto militar ha producido muchas innovaciones que han generado importantes amentos en la productividad y, además, incrementa la demanda. Asimismo, expandir el gasto en infraestructura es un acierto. La ventaja de Estados Unidos es que se puede endeudar a una tasa real de interés de cero con lo cual la deuda se paga sola.
A: La expansión fiscal de Trump será flor de un día pues la deuda no puede aumentar sin límite. Los mercados reaccionarán con fuertes alzas en las tasas de interés. Ello, aunado a un fortalecimiento del dólar, nos llevará a una nueva crisis financiera internacional más pronto que tarde. La elección de Trump es un absoluto desastre para la economía mundial.
M: Parece que no nos entendemos…
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