Dos economistas conversan sobre la intención manifiesta del gobierno de exportarle energía a Chile. Aquí el diálogo entre Adamo (A) a favor, y Maynardo (M), en contra.
M: El presidente Kuczynski ha ratificado su intención de exportarle energía – gas y energía eléctrica - a Chile. Me parece una barbaridad!
A: ¿Por qué oponerse a una integración energética con nuestros vecinos?
M: Porque justamente una de las ventajas que tiene el Perú sobre Chile es haber sido bendecido con el gas de Camisea y con un inmenso potencial hidráulico. Recursos que ellos no tienen y que mejoran nuestra competitividad relativa. Si la minería chilena que compite directamente con la peruana puede acceder a recursos energéticos más baratos de este lado de la frontera, entonces nuestra ventaja por costos desaparece. Por esto me parece nefasto.
A: A ver… vamos por partes. En primer lugar, oponerse a la exportación de recursos naturales como el gas o de servicios como la electricidad por el uso que le van a dar en los mercados de destino es un despropósito. Nuestro crecimiento está atado a las exportaciones; deberíamos fomentarlas pues al hacerlo, generamos empleo y recursos fiscales para atender las necesidades de la población.
M: Mmm… no estoy de acuerdo.
A: En segundo lugar, la integración energética es como una carretera de dos vías. Permite exportar cuando nos sobran los recursos y nos permite importar cuando nos falta. La integración energética va de la mano de la seguridad energética, pues un mercado ampliado e interconectado nos permite paliar problemas que no podríamos en mitigar en autarquía.
M: ¿Qué energía nos va a vender Chile si son deficitarios?
A: Chile está montando un importante parque generador en base a energías renovables; eventualmente nos podría ayudar a paliar los efectos de una gran sequía en el Perú.
M: Todo eso es muy teórico Adamo. Lo cierto que es que promover la exportación de recursos escasos y no renovables, como el gas, a un vecino con el cual competimos directamente carece de sentido estratégico. Que sigan con su escasez de energía y que se las arreglen solos…!
A: Partes de un error mi estimado Maynardo. Chile ya no tiene escasez de energía sino que tiene exceso de capacidad instalada – como sucede también en el Perú. Además, sus costos han venido reduciéndose merced del gran crecimiento de su generación renovable no convencional, particularmente la solar. Tanto así que un amigo experto en estos temas me comentaba que actualmente en el norte de Chile, el precio spot de la energía es cercano a cero durante el día por la oferta solar. En esas circunstancias, si nos interconectáramos con Chile, podríamos importar energía a muy bajo costo durante el día y luego exportarles de noche cuando tenemos ventajas con nuestras generadoras a gas.
M: El problema es que las generadoras térmicas consumen nuestro gas a un precio subsidiado. Hoy en el Perú un generador paga 3 dólares por millón de BTU (la unidad en que se mide el poder calorífico del gas) mientras que las generadoras chilenas pagan 8 y hasta 10 dólares. Esto muestra que la interconexión lo que implica es vamos a exportar un subsidio, y eso sí es un error garrafal.
A: De acuerdo en que no debemos exportar gas subsidiado, ni directamente ni a través del cable eléctrico. Pero no cerremos la posibilidad de interconectarnos, más bien corrijamos la distorsión del gas barato para la exportación como condición para un intercambio sano de electricidad.
M: Tengo otra objeción de fondo: no debemos exportar gas –ya sea por ductos o por cables eléctricos– si aún el gas no se ha masificado en el Perú. ¡El gas debe ser primero para los peruanos y luego para los vecinos y no al revés!
A: Bahh… Eso tiene mucho de demagogia. Como bien señala Anthony Laub, “la masificación del gas ya ocurrió”. Cuando un poblador en Piura o Puno prende el interruptor de luz y se prende el foco de su casa, ya está consumiendo el gas pues esa electricidad es producida en un 50% por plantas que usan el gas de Camisea. Esto es algo que la mayor parte de la gente desconoce, pero ya el gas de Camisea llega a todos los peruanos que tienen luz.
M: Ok, buen punto. Sin embargo, de lo que se trata aquí es de llevar el gas natural a los consumidores residenciales, industriales y vehiculares en todo el país. La prioridad debería ser llevar el gas al sur del país y no al otro lado de la frontera sur.
A: Seguramente la llegada del gas natural al sur del país generará beneficios con el tiempo. Pero ¿cuál es el costo que podemos pagar por esto? En contraposición con el ducto original de Camisea, que costó US$ 800 millones, el Gasoducto Sur Peruano iba a costar más de US$ 4,600 millones; ¿quién va asumir este megacosto?
M: No entiendo tu pregunta.
A: El anterior gobierno le otorgó al Gasoducto Sur Peruano una garantía de ingresos, es decir, los dueños del gasoducto cobrarían un ingreso anual independientemente de cuánto gas se transporte – y por tanto se consuma – en la zona sur. Este ingreso garantizado ascendía a US$ 912 millones por año, de los cuales el 60% se recaudaría por medio de un cargo en la tarifa eléctrica.
M: Bueno, esa distorsión abunda en el hecho de que no tiene ningún sentido que el pueblo peruano sufrague un ducto tan caro para que algún inversionista ponga una planta eléctrica al final de tubo para exportar a Chile. ¿No crees?
A: En eso tienes razón… Como condición para exportar, ya sea gas o electricidad, debemos corregir previamente todas estas distorsiones y subsidios cruzados. Pero la receta debe ser clara: corregir distorsiones y luego integrarse energéticamente. No negarse a la integración por razones ideológicas o falsos chauvinismos.
M: Yo creo que aun sin distorsiones, no deberíamos exportar ni gas ni electricidad a Chile. Es una falta de respeto para con los millones de peruanos que aún no cuentan con cobertura eléctrica y que siguen sin poder calentar agua con el gas de Camisea en sus casas. Te imaginas como se van a sentir los pobladores del Cusco cuando el gobierno anuncie que el gas o la electricidad –para mí es lo mismo– se va para Chile cuando ellos no acceden a “su” gas? ¡Se le va a levantar todo el Sur a PPK!
A: Parece que no nos entendemos…
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